domingo, 30 de noviembre de 2014

Pizarrón de mi aula (G. B. I. - 10/ 04/ 1995)


Pizarrón de mi aula,
cuaderno gigante,
conviertes la sala
en una enorme nave.
Las tizas: timones.
Las manos: tripulantes
que atraviesan soles
de tiempo, al instante.

Llévame a la historia,
muéstrame el presente.
Que puedan las horas
futuras sorberme.
Enséñame todo,
no cortes mi vuelo,
que el maestro sólo
sea un consejero.
¡Basta de palabras
con discursos huecos!
Que tu cuerpo me abra
el entendimiento,
que me dé valores,
que me admita sueños,
que pueda ser hombre
de límpido cielo.

Porque no eres sólo
madera colgada,
llevas en tu rostro
-del niño- su alma.