Arden las traviesas alrededor de la comida
los fervientes manotazos no las ahuyentan
se ríen de tanta abundancia
el soberano centellea dándole sabor al manjar
te noto serio querido
olvidaste tu maleta en el sillón
iridiscentes sus ocelos perciben todo
hay olores y aromas difíciles de repeler
disfrutan y disputan sus derechos
cacémoslas y disimulemos la retirada
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